Bára es mi hija mayor. Tiene 10 aňos. Para su edad tiene sentimientos muy fuertes. Sabe exactamente, a quien no soporta, quien le molesta o irrita. Por suerte tiene un buen sentido del humor y a veces puede reírse de si misma.
No soporta la gente stricta, pesimista y miedosa. Le encantan los hombres generosos, afables y galantes. Le divierten todos los juegos, sabe inventar juegos nuevos (que me molesta a veces porque tengo que jugarlos con ella).
Le encanta practicar deportes y juegos en la naturaleza. Adora el mar y las montaňas.
Le preocupa la escuela y su amigas (porque son amigas un día y enemígas el otro). Le pone nerviosa quando no tiene los deberes para escuela o quando lleva retraso. Se levanta demasiado temprano para estar a tiempo.
Le encantan las competiciones, pero odia ser peor que la primera. Será muy difícil para ella, porqué no puede ganar siempre. Quierre a Johanka, su hermana menor de 5 aňos, pero quando jugamos algo juntos, por ejemplo "pexeso", le pone furiosa si ayudamos un poco a Johanka. "Es injusto!", grita enfadada.
Otra vez hace pasatiempos para Johanka y ellas juegan juntos muy amablamente. Johanka le adora. Se ríen mucho y inventan todos los travesuras.
Bára es muy desordenada y odia ordenar algo. Siempre hay un montón de todo sobre y debajo de su mesa. No es importante en absoluto!
Nos querremos mucho si bien disputamos a menudo.
Pero sé que lo que me molesta de ella es quizás algo que tendría que cambiar de mi misma.
De verdad, los hijos son los mejores maestros para sus padres!
Saludos de Kamila
jueves, 19 de marzo de 2009
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Muy curioso el texto sobre Bara. Pues si, yo creo que muchas veces los hijos pueden llegar a ser buenos maestros de los padres, solo tenemos que enseñarlos poquito a poco. Se puede aprender de todo el mundo, siempre, siempre... todo el mundo deja algo en tu vida, recuerdos, momentos... solo hay que saber escogerlos y estar abiertos a ellos.
ResponderEliminarMuy bien Kamila!!